Bienvenido Mister Vanwall
En la historia de la F1 hay un punto de inflexión a partir del cual los equipos y marcas británicas presentan armas para el dominio de la categoría en los siguientes años. Ese histórico momento esta representado en el coche de slot que Cartrix pone en nuestras manos:
Vanwall F1 de 1956
Tony Vandervell
En 1950 se inicia la Formula 1 moderna tal como hoy la conocemos y las esperanzas británicas de triunfo en competición estaban depositadas en el proyecto BRM (British Racing Motor). Pero los resultados no eran los esperados así que Tony Vandervell pronto se desligó del proyecto BRM y creó su propio equipo utilizando versiones modificadas de coches Ferrari, pintados en verde ingles, “of course”, bajo el nombre de “Thinwall Special” marca de sus rodamientos para industria y automoción que le hicieron un rico y próspero industrial de la época de la posguerra.
Posteriormente Tony Vandervell consolidó un equipo para competir en F1 con el nombre de Vanwall, surgido de la combinación de su apellido y del producto de su empresa: ThinWall Bearings.
Obra Maestra.
Su objetivo era desbancar a la dominante “marea roja” italiana con un coche concebido y realizado en Inglaterra.
Tras un par de temporadas de intentos con coches fabricados por su equipo y que aún no estaban a la altura de sus oponentes, en 1955 Vandervell emprende el proyecto definitivo contando con los jóvenes ingenieros Colin Chapman y Frank Costil –experto aeronáutico- para el diseño de chasis y carrocería respectivamente.
Leo Kusmicki -ingeniero de Norton- recibió el encargo del motor. Lo diseñó en base la reciente normativa de la FIA de 2,5 litros atmosferico, instalando 4 cilindros en línea -de las motos de competición Norton dominantes en la época- en un bloque y cigüeñal de Rolls Royce, con inyección directa como la usada por el Mercedes W196. El propulsor obtenía la nada despreciable potencia de 285 CV.
La fabricación del coche fue cara y lenta, pues solo se usaban los mejores materiales, con la tecnología mas refinada del momento. El conjunto final resulto una verdadera obra de arte además de un estable y aerodinámico bólido dotado de un potente motor capaz de batirse con los mejores coches del momento.
Dominando.
En 1956 el Vanwall ya demostró su potencial sorprendiendo a sus adversarios en muchas carreras de F1, pero aún tuvo que esperar hasta 1957 para estar a la cabeza de la F1 dominando claramente en los circuitos de Grand Prix
Tras su volante hubo pilotos como Stirling Moss, Harry Schell, Tony Brooks, Stuart Lewis-Evans y esporádicamente algún otro más como Trintignant. Hubo carreras épicas como la primera victoria de Vanwall en el GP de Inglaterra del 57 con Moss (compartida con Brooks) delante de un público enfervorizado que convirtió su triunfo en una cuestión patriótica: coche y pilotos ingleses ganando por primera vez en suelo británico. A añadir ese mismo año las victorias en el GP de Italia y GP de Europa en Pescara ( tambien en Italia) que a Tony Vandervell le resultaron especialmente gratificantes por aquello de ganarle al adversario en casa.
En 1958 a las victorias de Moss en Holanda, Portugal y Marruecos se sumaron las de Brooks en Alemania, Bélgica e Italia, con varios dobletes en el podium. Fue el punto culminante de la gloriosa historia de Vamwall. Así obtuvo el Campeonato Mundial de Constructores, título que se otorgó por primera vez aquel año.
El final.
Tras 10 años de esfuerzo y en su mayor momento de gloria, Vandervell sorprendió a todo el mundo anunciando su retirada de la competición a finales de ese mismo año 1958.
Mucho se ha hablado de esta dura decisión. Cierto que Tony Vandervell había resentido su salud y en nada le beneficiaba la vida absorbente e itinerante que mantenía dedicada al equipo Vanwall.
Pero lo que le impulso definitivamente a retirarse y abandonar súbitamente lo que con tanto trabajo había conseguido, no solo fue el consejo de su medico. Fue la muerte del joven piloto Stuart Lewis-Evans a consecuencia de un grave accidente en la última carrera de la temporada: el GP de Marruecos. Le afectó enormemente ya que manejaba su equipo como una gran familia. Y esto no lo pudo superar.
Pero la emblemática marca Vanwall quedó para siempre como una leyenda en la historia del automovilismo deportivo ingles.
El modelo de coche de slot a 1/32.
De finas líneas y detallada realización, lo que más nos llama la atención del Vanwall es que se ve grande y “culón” comparado con sus hermanos anteriores. Pero es tal como era en realidad, por las fotos y videos de la época que hemos podido ver para ilustrarnos. Esta vez no es un modelo inédito o una sorprendente novedad mundial como a veces nos ha obsequiado Cartrix-slot, ya que Superslot hace unos pocos años también nos ofreció una excelente realización de este modelo. Obviamente el Vanwall no podía faltar entre los F-1 clásicos de los Grand Prix Legends, aún a riesgo de que su demanda sea inferior a la normal de esta serie porque muchos ya lo tengamos adquirido anteriormente de otro fabricante. Eso sí, la elección del piloto y decoración son inéditas, con muy buen criterio además, pues hace al modelo realmente atractivo y diferente a lo ya visto.
La descripción de los detalles estéticos nos la saltamos y que cada uno juzgue por las fotos.
En el apartado mecánico mantiene el esquema de los anteriores modelos de la colección: chasis con motor TX1 de 13.000 rpm como el resto de la serie, piñón de 9 dientes en nylon coloreado en azul y corona de 25 dientes en nylon gris y rodamientos traseros de metal. La guía de doble trencilla es la habitual de los Grand Prix legends, salvo alguna excepción como el BRM P25 (que llevaba la guía normal de simple trencilla).
Sobre la pista.
La primera toma de contacto en pista es tal cual sale de su caja de metal, incluido el minúsculo imán que trae de serie. Los ejes de muy buena calidad junto a las llantas y neumáticos perfectamente centrados hacen que tenga un rodar fino y sin vibraciones. Rodamos en una pista Scalextric bastante desgastada y el agarre es muy precario con cualquier tipo de vehiculo, notándose mas en coches clásicos de neumático de sección estrecha. Apenas notamos la sensación de llevar un coche magnético y en las curvas nos obsequia con unas bonitas derrapadas de la zaga, aun más notorias por lo voluminoso y visible de la misma.
Pero se deja llevar bien y sin apenas sobresaltos, manteniéndose dentro del carril a pesar de nuestra insistencia en hacerlo rodar cada vez más rápido. Comparándolo con los de su misma especie, está entre los más rápidos y su comportamiento se asemeja al de los Mercedes W196 y BRM P25. Como ellos, es especialmente cómodo de llevar en las zonas de curvas y contracurvas enlazadas. Pero curiosamente con el imán digiere mal los “quesitos” de las interiores: ni rápido ni lento, sino a la velocidad justa de la inercia de la frenada.
Sin ayuda magnética.
Sacamos el imán y seguimos rodando en la deslizante pista Scalextric. Menos mal que los neumáticos de serie tienen un gripp excelente, incluso parece mejor que el de los usados hasta ahora ¿quizá nuevo compuesto de goma? La diferencia no es muy notable entre llevar o no el pequeño imán de neodimio, pero debemos anticipar algo la frenada y obviamente notamos el culo mas bailón. En cambio aprovechamos mejor la inercia negociando las curvas y desaparece el problema del difícil paso por las interiores cerradas.
Los tiempos son un poco más altos, pero muy similares. Sin embargo el coche va como a nosotros nos gusta: suelto y ligero pero bajo control. Definitivamente sin imán nos parece mas divertido, probablemente por la costumbre de correr siempre sin el elemento magnético.
El Vanwall parece mucho más estrecho y alto que los demás, por lo tanto induce a pensar que mas inestable. Pero sólo es algo más alto en la parte trasera y la anchura del eje trasero es la misma del Mercedes y solo lo supera en anchura al Kurtis en un par de mm. Lo cierto es que la apariencia engaña, pues su comportamiento es rápido y estable.
Modificaciones
La preparación para tener un bólido ganador sería muy sencilla. Tan solo cambiando los neumáticos traseros (trae los de mayor diámetro de las tres medidas disponibles de la marca) por los delanteros medianos y poniendo delante los mas pequeños ya se obtiene una mejora muy sustancial. Incluso, si la pista lo permite, podemos sustituir la configuración de doble trencilla por la de simple trencilla para que penetre más y baje algo el morro. Esto último no se puede hacer en pista Scalextric sin recortar la pala de la guía 1 mm. (va marcada con una línea por donde habría que cortar) pues nos tocaría en las traviesas del fondo del carril. En las pistas con carril de fondo liso y continuo no hay ningún problema.
En conclusión estamos ante un nuevo candidato a estar en las parrillas de salida de las competiciones de clásicos… y con opciones a podium.
¿A la vitrina?
Muchos aficionados a estas pequeñas joyas ya estarán haciendo un sitio en sus vitrinas al nuevo miembro de los Grand Prix Legends de Cartrix, cosa muy respetable. Pero afortunadamente vemos como cada día estos pequeños bólidos se están ganando a pulso su espacio natural y para lo que han sido creados: las pistas de slot. Tanto en los clubes de nuestro país como en los de otros muchos países. La “pequeña Cartrix” fiel a su idea original sigue acertadamente con su serie de clásicos de F1.
Lenta, incluso silenciosamente, se está llegando cada vez más a los que usamos los coches de slot para disfrutarlos rodando y compitiendo, tal como lo hicieron los coches reales de los que son una fiel reproducción. ¿Qué mejor homenaje a aquellas geniales máquinas y a sus bravos pilotos?
Así pues… Bienvenido Mr. Vanwall.
Imagen de portada por Terry Whalebone
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